Una vitrina de tapas es una máquina pensada para conservar a la temperatura idónea las tapas de un establecimiento, para que duren por más tiempo en perfecto estado. Además, protege los alimentos de posibles contaminaciones por aire, ya que quedan aislados de la clientela.
Neutra, refrigerada o térmica
En primer lugar, tienes que pensar qué tipo de tapas quieres conservar en la vitrina. Así, sabrás si necesitas una vitrina refrigerada, para alimentos en frío; térmica, para tapas calientes; o neutra, para productos que no necesitan una temperatura especial.
Queremos destacar que existen dos tipos de vitrinas térmicas: de calor seco y de baño maría. Cabe decir que las de calor seco tienden a resecar los alimentos.
Tienes que saber que, aunque hay vitrinas de tapas con varios pisos, habitualmente, el único piso que mantiene la temperatura que le configuras es el primero; los demás, son estantes neutros que, eso sí, aprovechan el calor o el frío residual que genera el primer piso.
Forma
Puedes escoger que la vitrina tenga el cristal recto o curvo. Ten en cuenta que las vitrinas con cristal curvo son más fáciles de limpiar, ya que no hay rincones de difícil acceso.
Tamaño
En cuanto al tamaño, hay muchísimas opciones disponibles: modelos para espacios reducidos con un ancho de solo 50 cm hasta modelos mucho más grandes de más de 2 metros de ancho.
Iluminación
Algunos modelos vienen con luz LED incorporada. A pesar de que la iluminación no es algo indispensable en este caso, es cierto que aporta un toque especial, captará la atención de los clientes y contribuirá a que las tapas tengan una presentación más vistosa y apetecible.
Según el tipo de tapa
Analiza bien qué tipo de tapa quieres exponer para saber qué modelo de vitrina te conviene más. Quizás estás pensando en tapas frías como una ración de ensaladilla rusa, de tortilla de patata, ceviche, canapés o pimientos rellenos de atún. O tal vez tienes más en mente una oferta de tapas calientes como unas croquetas, calamares rellenos o albóndigas con salsita.